Soy un miserable, me he dado cuenta.
Soy un miserable porque siento que pertenezco a un club miserable.
Una sensación de pertenencia a una empresa que siempre pensé como
algo distinto, pero hoy me doy cuenta de mi imbecilidad. Animar a
Coca Cola frente a Pepsi, a Mcdonalds y odiar a Burguer King. A nadie
en su sano juicio se le ocurriría ir a aplaudir a los trabajadores
de Apple mientras hacen sus móviles y abuchear a los de Samsung;
pues resulta que eso hacemos.
Los clubes de fútbol (muchos) han
perdido la esencia, aquello que los hacían “clubes”, “equipos”,
merecedores de una afición, hoy son sólo empresas, empresas
miserables.
Soy un miserable porque apoyo a un club que cobra entradas de adultos a niños de meses, que prefiere el dinero a ver al equipo en la máxima categoría, que vende carnés de simpatizante que no sirven ni para ver a las categorías inferiores, que es pionero en repartir dividendos, en el que ningún jugador de renombre quiere jugar, que pretende unos terrenos para entrenar en la zona de mayor revalorización de la ciudad, que niega el pan y la sal a los aficionados que siguen al equipo fuera, y ya, la última, que para que un chiquillo se haga una foto con la plantilla hay que pagar y tener la camiseta de la temporada en curso.
Todo muy legal, todo muy como los grandes, todo muy miserable.
Definición de la RAE de miserable:
Acepción 2: Extremadamente tacaño
Acepción 3: Extremadamente pobre
Acepción 5: Desdichado, abatido o infeliz
PD.: El que quiera que busque más acepciones
En la RAE, junto a la palabra miserable, está la foto de quien tú y yo conocemos.
ResponderEliminarA uno le da verguenza decir que es cordobesista viendo las cacicadas que nos regala cada semana el señorito del palco. Al final tienes que intentar aislarte porque se te pone el cuerpo malo. Y solo estar con los jugadores y el entrenador pero es dificil con tanto ruido
ResponderEliminarTienes toda la razón, es mejor abstraerse y pensar sólo en lo que ocurre en el verde
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