
Desconozco qué criterio ha seguido el CCF a la hora de designar a esos abonados aventajados que compartirán palco y Cruzcampo fresquita en el descanso con los egregios miembros del Consejo de Administración de nuestro club. Que degustarán canapeses de diseño de la misma bandeja que lo hagan los dirigentes del equipo visitante. Que, incluso, se podrán tomar una copa premium que levantarán para brindar con la señora alcaldesa o cualquier otra autoridad competente (o incluso incompetente).
¿Ha hecho el CCF algún casting tipo "La Voz", con Carlos González en un sillón giratorio en plan Bisbal?
¿Ha metido todas las bolitas del 1 al 15.000 en un bombo y que los niños de San Ildefonso repartan suerte entre los abonados?

Doce privilegiados doce, que cuentan con un carnet igual que el del resto de abonados, pero en el que se puede leer: "Palco de autoridades". Con dos cojones. Porque yo lo valgo.
Doce privilegiados doce que, a partir de ahora y hasta que acabe la temporada, cumplirán el sueño que todos hemos tenido alguna vez. Ver un partido con 40 grados y en chaqueta. Porque hay que ir en chaqueta, que esto es un club serio, joder, que en 40 años sólo se han visto en el palco camisas remangadas y polos desteñidos. Y tener más de 16 años. Si eres menor, en el Arcángel pagas como un adulto, pero no puedes ser uno de los elegidos.
Doce privilegiados doce, que a partir de ahora, deberán reprimirse cuando marque Rodri y no podrán gritar "¡Olé tus huevos morenos!", que eso es una falta de educación. Ni podrán levantarse y vociferar "¡Penalti, coñoooo!", con una bolsa de pipas en la mano y una colilla en la boca.
Doce privilegiados doce, que, a partir de ahora, no podrán cantar desde la fila 2 del palco eso de "¿Dónde están los millones, los millones dónde están...?".
Doce privilegiados doce, que no podrán jalear en el marcador un gol en contra del Sevilla, del Madrid, del Barsa.
Doce privilegiados doce, que no saben donde se han metido. Y que, si ojalá ascendemos, tendrán que volver a sus localidades (si el CCF se las ha respetado como han prometido), porque entonces, el palco, sí estará blindado para gente guapa, para compromisos, para personal de alto-standing.
Que nadie me quite la libertad de poder gritar un gol abrazado a mi hija o a cualquier otro compañero de localidad, mientras suelto dos tacos, o tres, o treinta y tres, y me cago en todo lo que se menea aunque sea irreverente.
Que nadie lo dude. Yo sí soy un privilegiado.
Paco López-Cordón Verde
@mushocordoba
Fotos: José Luis Solís
@JlSE62
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