Eso es lo que hacen los que llenan quince autobuses para ir a ver
a nuestro filial a Granada, ser unos oportunistas. Al menos así lo ven algunos.
Tengo treinta años y, hasta este, nunca he sido abonado del
Córdoba. Sí, he ido alguna vez al campo, también recuerdo haber visto por la
tele ese mítico partido en Cartagena y vivirlo con tanta intensidad como el más
cordobesista, pero poco más. Y soy un oportunista, ya que este año me hice al
fin abonado por la buena temporada que hizo el equipo el año pasado. Y no pienso irme. A pesar del año que hemos vivido ha sido
una experiencia tan intensa que no pienso dejar mi asiento de preferencia alta,
ese asiento será mío por siempre jamás.
Llenar quince autobuses para ir a ver a nuestro filial a Granada
no es ser oportunista, es, entre otras cosas, crear afición. Amigos, mujeres,
novias o hermanos que seguro que van por primera vez de viaje con el equipo
(por más que sea el “B”, es nuestro equipo),
y que por lo que, seguro, van a vivir querrán quedarse, como me he
quedado yo, como se quedaron muchos oportunistas tras el ascenso en Cartagena. ¿Es menos cordobesista el que se haga abonado el día que el
Córdoba suba a 1ª? O dicho de otra forma, cuando el Córdoba suba a primera, ¿nos
enfadaremos más porque haya más aficionados en el campo o por estar los mismos
de siempre? ¿No nos quejamos siempre de que la ciudad pasa del equipo? Y es
que, como ya he dicho, ¿cómo se crea afición si no es con el oportunismo?
Daniel Benavides (@Bnsleeper)