Ipurúa es, en el
argot cordobesista, ese estadio maldito en el que está prohibido ganar.
En tiempos no tan pasados, de hecho, aún muy recientes, pero que
parecían empezar a enterrarse con la temporada pasada, el Córdoba
acudía a Ipurúa sabiéndose perdedor del envite. Con la ausencia
del Eibar en la categoría de plata, el sustituto del mítico
estadio vasco ha pasado a ser, para el cordobesismo, el pequeño
estadio de Alcorcón, Santo Domingo.
El Córdoba ha
iniciado el partido de la misma forma en que lo hiciera dos
temporadas atrás, la última de Lucas, y –parecía- del famoso
cincuentapuntismo, a verlas venir. A pesar de dibujar el mismo
esquema de juego que tantas alegrías nos dejó la temporada pasada,
la realidad es que el único parecido que queda es ese, el dibujo
táctico. Porque el equipo ha saltado al terreno de juego con único
punta, Patiño, plantado arriba como un islote totalmente
desasistido, siendo el encargado exclusivo de presionar la salida de
balón rival. La medular blanquiverde esperaba de manera pasiva el
ataque amarillo, por lo que el conjunto alcorconero alcanzaba de
manera muy fácil la línea de 3 / 4, para terminar buscando a Oriol
Riera. Así, las ocasiones se han sucedido de forma constante para el
conjunto local, con fallos defensivos muy claros, pero por suerte,
sólo una terminó en gol.
Ofensivamente se
volvió a ver la imagen de la semana pasada ante el Elche, transición
lenta de balón, escasa o nula movilidad de la línea de medios,
donde Abel se dedica prácticamente a jugar andando, y López Silva y
Pedro permanecen excesivamente pegados a la línea de cal, provocando
que la sorpresa por inclusión de éstos en la parcela central o por
incorporación de laterales, nunca se produzca, facilitando muy mucho
la defensa del rival.
Si la primera parte
del Córdoba fue desastrosa, no menos fue la del árbitro del
encuentro. Dejó de señalar un más que probable penalti sobre
Dubarbier, y anuló un gol por fuera de juego de Pedro, cuando el
alicantino parecía estar claramente en posición legal. Añadido a
la cantidad de ‘faltitas’ señaladas para el bando local y
obviadas cuando eran en favor del visitante.
El esperado lavado
de cara tras el paso por vestuarios no se produjo, de nuevo muchas
imprecisiones defensivas dieron lugar al segundo gol de los
madrileños, poniendo muy cuesta arriba el partido. Así transcurrió
hasta que Abel salió del campo y se pasó a jugar con dos puntas. A
base de ganas y corazón, se consiguió embotellar al Alcorcón y se
encontró la profundidad necesaria para inquietar al rival. De esta
manera llegó el 2-1, obra de Duba, en un disparo cruzado dentro del
área. Desde ahí, un bombardeo continuo, sin suerte, a la portería
defendida por Manu. Hasta 4 aperturas claras a banda para dar el pase
de la muerte se desperdiciaron, y un cabezazo de Kiko Olivas que se
estrelló en el larguero a poco del final. Ahí murieron las opciones
de salvar un punto en Alcorcón.
Este equipo, y su
cuerpo técnico, tienen mucho trabajo por delante, empezando por
aclarar si dan continuidad al trabajo realizado el año pasado, o si
por contra, se opta por un estilo más conservador, pero este intento
de estar a medio camino entre uno y otro, no lleva a buen puerto.
A día de hoy,
sobran motivos para que la ilusión esté tocada.
Ramón J. González Mesa
Lo que diferenciaba a este equipo del resto era el trabajo de presión a la salida del balón del contrario, recuperaba pronto y tocaba con precisión y rapidez. Todo eso se ha perdido, y el equipo no funciona. Puedo perdonar que no toquen como el año pasado, en esto la calidad manda, pero lo que no paso es que no le echen casta a la hora de robar el balón e incordiar. Hasta ahora lo único que se ha consolidado en este club es la afición, cada día es mas impresionante ver como ruge el arcángel, se ponen los pelos de punta!!! Un equipo con esta afición no debe arrastrarse por los campos de 2ª
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo, este equipo ahora mismo no sabe si juega a defender o a atacar. Y lo mas preocupante es que se corre un 40% menos que el año pasado. Los jugadores el año pasado llegaban al final del partido extenuados y ahora durante muchas fases del partido se juega andando. Que a Berges no le gusta el juego alegre de Jemez se nota, y tambien se nota que se lo han querido imponer. Nos han vendido la moto con la continuidad del "estilo" Y este Córdoba dista muchísimo de año pasado. Los jugadores son prácticamente los mismos, no se les ha podido olvidar jugar al primer toque ni subir la banda a los laterales. Y si el nuevo sistema no da resultado, habra que cambiar algo, el tiempo dira si se cambia el sistema, o a quien lo impone. En cualquier caso aun hay tiempo, pero espero no llegar a diciembre mas cerca del descenso que de la sexta plaza.
ResponderEliminarQue asco de juego, de equipo de todo. ¿Donde estan los 3 millones en ventas? El 3er o 4º equipo con más abonados y vaya equipo nos ha montado el barbas. Que verguenza
ResponderEliminarCada vez está más extendida la opinión de que lo que hace falta es más presión a la salida de balón del contrario, es decir, más huevos. Eso es complicado de entrenar.
ResponderEliminarEfectivamente, eso es complicado de entrenar, pero es tan simple que, quién, durante un partido, no haga las cosas como debe, tiene que chupar banquillo... se llame como se llame.
EliminarUno de los problemas de este equipo es que damos por hecho que hay algunos jugadores intocables: Alberto García, Fernández, Gaspar, Garai, Abel, o López Silva, y, por supuesto, los menos intocables pero muy habituales, deben sentir el aliento en el cogote de quiénes vienen por detrás, se llamen como se llamen y vengan de donde vengan, por ejemplo, del B.