Para la
gran mayoría de los españoles, 1.962 fue un año -otro más-, de penurias y carencias de todo tipo. En aquella nación Una, Grande y Libre -sin comentarios-, aún existía división entre vencedores y vencidos, exilio de miles y miles de
personas buscando trabajo, privaciones en todos los rincones, miradas inquisidoras del resto del mundo, y una sensación interna de que los que mandaban se callaban
bastante más de lo que decían. Es decir, como ahora, pero con más
hambre.
Chumi Chúmez (San Sebastián, 1927), reflejó
esa inacabable posguerra en una viñeta que no olvidaré nunca. En ella, dos
individuos pasean en mitad de una nevada, cubiertos por harapos y ateridos por
el cruel invierno castellano. Uno de ellos le comenta al otro: “¡Qué ganas
tengo de que llegue la primavera para pasar sólo hambre…!”
El 1 de abril de 1.962 –por aquel entonces,
día de la Victoria-,
yo tenía tres años, y, por lo tanto, poca conciencia de lo que aquel día se
jugaba el Córdoba C.F. en Huelva. Supongo que mi padre, como tantos otros,
estaría rozando la histeria, o incluso estaría inmerso de lleno en ella. ¡Eran tan pocas las alegrías en aquella España en
sepia!. Según me ha contado, no había aún amanecido cuando, sin entrada y sin
medio de locomoción, salió a la calle en busca de “lo que saliera”, y, tras un
par de cafés, se encontró con dos entradas, un asiento en un taxi, e incluso
una invitación a un almuerzo en Huelva. El pack sólo incluía billete de ida, pero
la vuelta importaba poco; con un ascenso en el bolsillo, lo demás era secundario.
Mi padre formó parte de ese amplio número
de cordobeses que vio como el destino les cambiaba un sueño por algo tan real como
que, al día siguiente, había que ir a trabajar, con ojeras, y con menos dinero en los bolsillos.
Supongo que, el lunes 2, día de mi santo,
yo tendría mi regalo y mi bandejita de dulces de la Pastelería San
Rafael de Calle Santa María de Gracia, y también supongo, que ese día, mi padre
hablaría y hablaría durante horas, contando las aventuras de aquel viaje, de
aquel ascenso, de aquella estrella entre tantas nubes.
La historia la escriben los héroes, y, como
tal, los medios de comunicación locales ya nos han recordado todos los datos de
aquel maravilloso día, y, por extensión, de aquella inolvidable temporada. Olsen,
Juanín, Miralles, Benegas, Ricardo Costa, Navarro, etc., son, entre otros, las piedras angulares
del año en que el Córdoba C.F. se hizo mayor de edad. Yo, no obstante, desde
aquí, quiero recordar en este aniversario, a todos esos aficionados que ese día
animaron y lloraron con su equipo en Huelva, y a los que sufrieron desde Córdoba
agarrados a un transistor. A los que se han quedado por el camino, y a los que aún siguen, al pie del cañón, yendo
al Arcángel, con reúma, con bastón, con exceso de achaques, o, en definitiva,
con exceso de años.
Desde la humilde atalaya de este blog, levanto
mi copa por aquellos que se fueron, y ahora disfrutan de su equipo en directo, sentados en el cielo, y por aquellos que, cumplidos los ochenta, aún nos cuentan batallitas de
aquel día en Huelva, en el que unos cuantos miles de cordobeses lloraron juntos,
olvidando, al menos durante unas horas, que, al día siguiente, su vida seguiría
siendo en blanco y negro.
Paco López-Cordón V.
@mushocordoba
Muy bonito si señor. Como dice Paco, a ver si nosotros somos dentro de años eso octogenarios que recuerdan batallitas del tercer ascenso a Primera. Y tambien en tiempos difíciles, aunque el marco sea diametralmente opuesto. El fútbol tiene algo de poesia en ese aspecto. Por que no??
ResponderEliminarPara llegar a octogenario me quedan 27 años, es decir, 27 match-ball para subir. Espero que subamos con la primera "bola de partido". Sería mi tercer ascenso.
EliminarPor cierto, un dato curioso: En 1.962, en Huelva el equipo jugó con la segunda equipación: camiseta blanca y pantalón azul. En 1.971, año del segundo ascenso, se subió en la penúltima jornada ganándole al Hércules, y el equipo jugó gran parte de la temporada y creo recordar que también aquel glorioso partido, con camiseta y pantalón blancos, con ribetes verdes. Quizás sea premonitorio.
¡A ver si lo que es gafe para no subir es la camiseta...!
El pantalón de Huelva fue verde, o eso dicen las crónicas.
EliminarViendo como se está desarrollando la temporada, no puedo quitar la vista del segundo puesto. Se lesiona nuestro mejor central y aparece otro mejor. Se lesiona nuestro lateral izquierdo y aparece otro de la misma categoría. Faltan jugadores en diciembre y Luna se inventa tres peloteros que mejoran la plantilla.
El equipo da la cara siempre y eso me hace pensar que las eliminatorias nos vienen cortas.
Te equivocas, Rafa. Las crónicas apuntan a que el pantalón era azul. Mira bien, y lo comprobarás. Yo preguntaré a mi padre, para contrastar, pero creo que no hará falta.
EliminarLo puedes ver aquí:
Eliminarhttp://lahistoriaqueconteamisalumnos.blogspot.com.es/2012/04/el-cordoba-cf-asciende-primera.html
Emocionado por tu entrada, levanto la copa, y brindo por ellos. Y en especial por mi padre que vivió ese ascenso y que desde mi más tierna infancia se afano porque amara unos colores y lo consiguió. Toda mi vida recordare esos domingos montados en un vespino gl nos dirigíamos al viejo Arcángel a ver a nuestro equipo. Aun sigue disfrutando de su equipo (para él siempre que va al campo es disfrutar) y yo sigo con él. Me gustaría que nuestro Córdoba C.F., subiese para verlo en primera, pero en realidad me gustaría por él. Porque lo volviese a ver.
ResponderEliminarA mí me pasa lo mismo con mi abuelo. Él ya no lo verá, pero yo sí, y lo disfrutaré por mí y por él.
EliminarPase lo pase,que nos quiten lo bailao y dusfrutado.ESTE CCF ES DE PRIMERA HUMANAMENTE,CORRIENDO,JUGANDO Y OJALA DIOS NOS AYUDE A ESTAR DONDE ESTOS CHAVALES SE ESTAN CURRANDO!
ResponderEliminarSupongo que todos tendremos anécdotas de ese día...aunque no lo hayamos vivido ni de cerca. Mi padre, de hecho, apenas tendría 9 años ese 1 de Abril, pero recuerda perfectamente lo que se jugaba ese día, y la explosión de alegría cuando en mitad de una película que proyectaban en el Gran Teatro pararon para anunciar el resultado del partido y el consiguiente ascenso.
ResponderEliminarEs bueno recordar estos momentos. Hace mucho, pero fuimos grandes.
Pero hay que mirar adelante, el mejor éxito es el que está por venir.
Qué grande fue honrar a los héroes del 62 y acto seguido escuchar al estadio volcado cantando el VOLVEREMOS!